
Llevo puesto tu vestido.
Aquel que me dejaste en la cama, al marcharte.
Negro, largo, hasta los tobillos, vaporoso...insinuante.
Suave, me acaricia en cada movimiento.
Lentamente.
Como lo harían tus manos, subiendo por mis piernas.
Me acerco a la ventana por si te viera entre las profundidades del bosque.
Te necesito aquí.
Estoy impaciente, mi bestia.
Quiero más de ti.
¿Sientes mi aliento?, te está llamando a gritos.
¿Me llevarás contigo?, ¿al lugar donde el tiempo se vuelve infinito para los dos?, ¿donde pueda sentir la espuma de las olas en mis pies?....
Poder mirar al horizonte, junto a ti, mientras anochece.
A tu lado, y sin palabras.
Los dos...
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