
Apareces ante mí.
Con tu pelo oscuro, tu sonrisa de medio lado y tu mirada.
Esa mirada...
Me vuelve loca.
Me provocas.
Sin decir ni una sola palabra.
¿Crees que puedo contenerme tan fácilmente para no abalanzarme sobre ti?
Lo sabes, ¿verdad?
Y juegas con eso.
Te encanta ver lo que me provocas.
Y a mí el que me mires de ese modo.
Acércate.
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